El Tibunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo ha condenado a Italia a indemnizar a 22 inmigrantes con 15.000 euros a cada uno por daños morales por haber sido expulsados ilegalmente a Libia.
En mayo de 2009, los guardacostas italianos interceptaron en el mar a varias embarcaciones con emigrantes africanos que intentaban llegar a Europa. Casi todos eran eritreos y somalíes. En virtud de los acuerdos bilaterales que tenía el gobierno de Berlusconi con el de Gadafi sobre inmigración clandestina, 471 personas fueron enviadas de vuelta en barcos militares italianos hasta Trípoli sin pasar por Italia.
Los 17 jueces de la Gran Sala han acordado unánimemente la sentencia, y consideran que el país transalpino no tuvo en cuenta la posibilidad de que pudieran sufrir malos tratos, primero en Libia y luego en sus países de origen. Tampoco respetaron, según los magistrados, el protocolo que prohíbe expulsiones masivas de extranjeros. De los 24 demandantes, 2 han muerto, otros dos están en paradero desconocido, otro en un campo de retención en Túnez y el resto residen en Bénin, Malta, Suiza, Italia y Libia.